viernes, 18 de noviembre de 2011

Uno rapidito...


Una amiga colgó en Facebook hace unos días un artículo que, aunque parezca un texto humorístico, yo considero uno de los mejores estudios sociológicos que he leído. Se titula “Ocho problemas de pareja a la hora de hacer el amor (cuando tienes hijos)”. Son los siguientes: 1) Imposible encontrar un momento para estar juntos 2) La muerte de los preliminares 3) Calla, por Dios, que te van a oír 4) Como si no hubiera otro momento para hablar 5) Ruidos en la oscuridad 6) Esta noche hace frío y también sueño 7) Prefiero el chocolate 8) Aquí te pillo, aquí te mato.

Aquellos más interesados podéis profundizar en el enlace que os dejo abajo, pero creo que la idea está muy clara: los hijos te obligan a la clandestinidad, a la urgencia y al más sobrio realismo a la hora de hacer el amor. Se acabaron las noches que comienzan con una cena y un vino, siguen con carantoñas en el sofá y terminan… ahí donde estáis pensado. No, ahora las noches son “a ver si se duermen ya éstos y no es demasiado tarde y me quedo dormida yo”. Además, sabes que tienes que ir al grano y no enredarte en romanticismos ni sensualidades porque en cualquier momento puedes escuchar una voz al otro lado del pasillo que dice “Mamá, agua”.

Pero no me malinterpretéis, no me quejo. También tiene su parte positiva (estoy en fase de autoconvencimiento). Por ejemplo, cuando dejas a los niños con sus abuelos y llegan unos días de ¡¡¡despiporreeeeeee!! O las miradas cómplices cuando se han quedado dormidos a la hora de la siesta. El reencontrarnos en un lugar de la casa y decir “tenemos 3 minutos hasta que se aburran del puzzle”. Y, para mí, lo mejor: el sex appeal que tiene cuando lo veo ejercer de padre (que son las 24 horas al día).

No os engañaré a aquellos que leéis esto y no tenéis hijos: esa chispa de la espontaneidad se hizo trizas en el paritorio. Lo más espontáneo que haces cuando haces el amor si tienes hijos es decidir si te quitas o no los calcetines por si tienes que salir corriendo. ¡Pero qué queréis que os diga! Puedo quedar muy bien y parafrasear a Bernard Le Bouvier de Fontenelle, escritor francés, y deciros que “cuando las cosas no quieren conformarse con nosotros, nosotros debemos conformarnos con ellas”. O directamente, soltaros el dicho anónimo y popular que todos entenderéis: “A falta de pan, buenas son tortas”.

http://www.bebesymas.com/ser-padres/ocho-problemas-de-pareja-a-la-hora-de-hacer-el-amor-cuando-tienes-hijos

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