jueves, 24 de noviembre de 2011

El bolso (II parte)

Ay, como mi amiga May ya ha utilizado el tema de la sinceridad y la falta de inspiración, me ha dejado sin armas esta semana que yo tampoco la tenía. Así que en vista de lo que dio de sí el tema del bolso, voy a ofreceros una segunda parte, a base de varias ideas algo inconexas que se me fueron viniendo después a la cabeza.

1ª) ¿Ayuda o esclavitud? Me pregunto por qué nosotras vamos cargando con casi un baúl a cuestas mientras los hombres –la gran mayoría- siguen siendo capaces de salir sólo con lo que les cabe en los bolsillos. Eso sí, cuando van de viaje, los más “moernos” recurren a su bandolera (aquí Massimo Dutti y Coronel Tapioca han tenido mucho que ver) y los más “clasicotes” echan mano de una mochila o de la siempre fea e italiana riñonera.
Léase que si el hombre en cuestión trabaja en un medio de comunicación, o una empresa joven y dinámica, es mucho más probable que utilice a diario su bandolera. Si por el contrario desarrolla su actividad en un bufete de abogados, optará por un maletín de piel.

2ª) Hay dos situaciones en que nosotras somos capaces de prescindir del bolso: el traje de gitana y las bodas ¿a que sí? En ambas situaciones, y si no llevamos acompañante enchaquetado de cuyos bolsillos abusar, sí que somos capaces de reducir todo lo necesario a: un billetito, una tirita y una horquilla y lo justito para retocarnos el maquillaje. Incluso las más atrevidas son capaces de prescindir de las llaves y el móvil, aunque esto último cada vez menos, ya que ¿quién eres tú si durante una boda no puedes estar colgando fotos y estados en facebook y what´s up????

3ª) El estilo. Pues sí, como ya he avanzado arriba, se puede saber mucho de la persona y de su trabajo a través del bolso que lleve. Pensad sin ir más lejos en una anti-sistema: sin duda a mí se me viene a la cabeza una mochila de lona morada desgastada o un bolso cruzado con las rayas de la bandera de Jamaica… ¿Y una pija, osea? Pues llevará un bolso muy rígido tipo botiquín, con importantes hebillas doradas y colgado de la muñeca… ¿Y si eres una ama de casa de más de 60 que sale a hacer la compra? Pues bastará con el monederito bien cobijado bajo el sobaco.

4ª) ¡Ajá! Pero no sólo el aspecto del bolso describe a su dueño, ya hablamos el otro día de lo importante que es el interior y todo lo que en él acumulamos. La mayoría somos un pequeño desastre, pero existe una especie urbana, sin nombre reconocido, cuyas mujeres llevan un bolso de “pídeme-lo-que-quieras-que-lo-tengo”. Y no son desordenadas, sino todo lo contrario, son el colmo de la planificación y el orden, una especie rara en extinción.

Os cuento que tengo dos amigas que responden a este tipo de perfil y todo lo que portan en sus bolsitos está perfectamente estudiado. Siempre llevan boli –que pinta- y papel, buenas provisiones de kleenex, caramelos con y sin azúcar, cacao, un mechero aunque nunca han fumado, tiritas y un sinfín de cosas útiles más… Es un gustazo ir con ellas porque necesites lo que necesites lo tendrán. Y es curioso, estas dos amigas no se conocen entre sí, pero comparten un montón de rasgos comunes: son responsables, cuadriculadas, trabajadoras y eficientes, idealistas en el amor (mucho más que la mayoría) y nunca, nunca se olvidan de hacerte una llamada en tu cumpleaños o el día que fuiste al dentista ¡son como agendas andantes!

Y, antes de terminar, una mención especial a mi tía. Ella ya es el colmo de la organización, tiene varios bolsos en su armario que elige en función de los zapatos que se ponga, y en TODOS ellos tiene preparado siempre un pañuelo, unos caramelos y una barra de labios, así no hay manera de que puedas olvidarte de nada, al salir de casa sólo tienes que echar cartera y llaves y fuera.

Mirad vuestros bolsos, ¿en qué nivel de organización os clasificáis, con el descrito esta semana o con el de la anterior?

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