domingo, 13 de noviembre de 2011

Pueblo y ciudad...

Desde mi buhardilla veo Sevilla, la siento, parece que la puedo tocar, forma parte de nosotros, cada día cuando voy a trabajar, no la valoro, no la siento, ayer sí.
Fue uno de esos días en los que en pleno mes de Noviembre, es una de las pocas ciudades en las que se puede disfrutar de una temperatura primaveral, parece que se resiste a que el frio y la tristeza inunden sus calles.
Paseando por la ciudad, por su calles, disfrutamos de cada rincón, cada barrio con su fisonomía particular ( alegres, tristes, laboriosos…) cada tienda ( comestibles, zapaterias, moda, librerías), cada arquitectura ( catedral, barrio santa cruz…) cada bar con sus historas y rinconcitos inolvidables, ese espectaculo de colores tan magico al atardecer,.
Nos inaundaron los olores, donde se entremezclan el incienso con el humo de las castañas asadas, el olor a pescaito frito, a vainilla y a comino, nos rendimos ante la musica de los numerosos artistas que acampan en cada esquina. Como dijo Bécquer: “El secreto de Sevilla está en su luz, pero en ésta luz ¡cuántos colores, cuántos matices diferentes!......... ese poder de abstracción es dulzón y nos invita a sonreir y a volver.
Es entonces cuando pienso que llevo viviendo en Sevilla el mismo tiempo que viví en mi tierra no soy andaluza, pero si del sur, (o del norte del continente africano como lo queramos ver) pero me siento andaluza, Sevilla me ha acogido, me ha formado, me ha enseñado a superar muchos obstaculos, Sevilla me ha dado los dias mas felices de mi vida.

Y me pregunto por qué vivo en un pueblo, obtengo numerosas respuestas que cada día me convencen mas, cada uno lo orienta de forma diferente en función de la edad, y a mis 35 años, vivir en un pueblo es, disfrutar del silencio, que no significa ausencia, simplemente es oir ,el silbido del viento, el cantar de los pajaros, la tranquilidad de los olivos, impregnarme de naturaleza, de sus costumbres, de su gente, esa gente que no le importa tu vida, ni que casa tienes, ni de donde vienes, solo le importa ayudarte, eso es sencillez, transparencia, generosidad….
Me gusta empaparme de sus olores a chimenea, a churros , a cal, a zotal, pasear por el pueblo y ver las puertas de las casas abarrotadas de vecinos que deciden todas las noches sacar toda la sillas de casa y disfrutar de las estrellas en compañía.
He decidido darles a mis hijos seguridad cuando salen de casa, jugar en la calle con libertad, al aire libre, no necesitar la compañía de un adulto para acudir al colegio o volver a casa , pienso que uno de los puntos positivos para el bienestar emocional del niño es el contacto con la naturaleza, dejar volar la imaginación con los juegos infantiles de siempre, como por ejemplo, el escondite.
Para mi no es un debate vivir en un pueblo o en la ciudad, yo lo he hecho en los diferentes momentos de mi vida y gracias a ello , he podido difrutar de las ventajas y desventajas de las dos, y ahora que vivo en Espartinas, lo tengo claro, me gusta echar de menos Sevilla y cuando decidimos “bajar” realmente la sentimos y aprovechamos cada minuto…. Y POR ESO NO ELIJO, TENGO LAS DOS.


1 comentario:

  1. Esto de escribir comienza a darsete bien, lo unico que te falta es compaginar las nuevas amigas, con las viejas amigas jajaja, no elijas ten las dos!!! Mil besos pitufa. Dul@Dul.

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