lunes, 16 de enero de 2012

Tiempos que cambian


Me sorprende la de puñetas con las que hoy día está cargado el mundo de los niños. Creo, y no me equivoco mucho, que los que ahora estamos en los treinta y tantos –recientes o ya largos—incluso en los cuarenta y pocos, hemos vivido una infancia que en mi diccionario particular defino como “infancia de oro”.

Sí, una niñez en la que se empezaba a convivir con ordenadores –recuerdo mi primer curso de informática en tercero de EGB, con un IBM y un libro que se llamaba Lenguaje Basic para niños--, pero éstos no marcaban nuestro trabajo. Ya empezábamos a conocer a Mario Bros y la Nintendo pero seguíamos saliendo a jugar a la calle. Lo más in en telefonía móvil era que tu madre cambiara el teléfono fijo modelo Góndola de toda la vida por un inalámbrico, tipo torre de control con una antena que casi lo hacia tan alto como tú.

También conocimos los inicios de la telebasura con las Mamachichos y las Cacao Maravillao, pero todavía los Reyes Magos nos dejaban bicicletas BH u Orbea y patines de cuatro ruedas, por supuesto (y si además eran de botas, triunfabas como la coca-cola) que sacábamos a la plaza a las cinco y media de la tarde después de que el Superatón nos diera el disgusto y no volviera a repetir eso de “No se vayan todavía que aún hay más”. Por cierto, dibujos mucho más divertidos que los absurdos Fanboy y Chum Chum.

Nuestras fiestas de cumpleaños eran auténticas reuniones de amiguitos del cole que tú elegías porque no tenías que invitar a toda la clase para que no hubiera discriminación, como las normativas actuales de las escuelas ¡Qué bien sabían los sándwiches de paté la Piara, de Nocilla y de jamón cocido y queso Tranchettes! Entonces nos regalaban plumieres de latón que en el mejor de los casos eran de la marca Busquets, o una mítica caja de 24 colores de Alpino, o un libro de El Barco de Vapor.

Incluso, los primeros móviles asomaban a la calle. ¿Quién no recuerda esos Nokias –carne de perro que duraban y duraban, así se te cayeran mil veces al suelo—con ese juego de la serpiente? Entonces eras o de Airtel o de Moviline, no había más.

Estas líneas las escribo a raíz de una viñeta que leí el otro día en un diario. No recuerdo ni el periódico en cuestión ni el viñetista. Sólo recuerdo el chiste, que me hizo llegar hasta aquí, además de sonreír. Representaba a un adolescente en el salón de su casa junto a su padre que lee el periódico. Dice el jovencito: “Ya tengo mi notebook, mi Ipad, mi MP3 player, mi móvil android y mi Ebook. Y vosotros, papá ¿qué llevabais al colegio?” A lo que respondía el padre en su bocadillo de diálogo: “La cabeza, hijo mío, la cabeza”. Me pareció tan realista la situación.

Las nuevas tecnologías marcan tanto hoy día nuestra vida y la de nuestros hijos que se nos está olvidando cómo se utiliza nuestra cabeza. Estamos tan inmersos en ellas que estamos olvidando esas nimias formas de disfrutar la rutina. Porque pienso que la rutina también se puede disfrutar. Ya no vemos niños de más de siete años jugar en los parques al fútbol, a la lata, a los cromos, al elástico, al coger o al escondite. Ya no vemos a adolescentes de entre 13 y 15 años en corrillos simplemente charlando, si consigo no llevan su Iphone para whassapear con el de enfrente, eso sí con millones de faltas de ortografía. Es más, ya no vemos a nadie sin móvil encima. Es bastante habitual preguntar la hora y que la gente te responda echándose la mano al bolsillo y sacando su pepinazo para simplemente decirte que son las 12 de la mañana. En fin, son tiempos de nuevas tecnologías y a ellas nos adaptamos todos, pero sigue siendo una pena que se pierdan algunas costumbres tan sanas.

PD: Por cierto, habla una que desde que tiene su ordenador estropeado está que trina. He tenido que desplazarme a casa de mi cuñado para poder escribir estas líneas. Y es que, lo bueno de los ordenadores y de internet y de las nuevas tecnologías, es que gracias a ellos puedo comunicarme con vosotros cada lunes. No todo es malo. Claro, esto no me pasaría si los Reyes Magos me hubieran dejado el Macintosh que pedí junto al Ipad. Ay! La crisis!!! Tendré que esperar al próximo 6 de enero.
En fin, que tengñais muy buenos y tecnológicos días, amigos!!!

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