jueves, 22 de marzo de 2012

La política del amor


Recientemente he terminado de leer un libro que me ha encantado. Se titula "Los ojos amarillos de los cocodrilos", seguro que os suena de haberlo visto en las estanterías de alguna librería. Su protagonista, la segundona Josephine, dice en una ocasión una frase que me hizo cerrar el libro y pensar, pensar largamente: "En el amor no es suficiente amar de forma pura, también hay que aprender a utilizar la política del amor". Ahí queda eso.

Ciertamente, es complicado abordar este tema. Por una lado está el sentimiento, aquello que llevas contigo, no puedes ocultar y explota con cada mirada. Algo desnudo y puro, sin costuras ni entresijos. Ese amor que no espera nada a cambio, y siempre entrega, se vacía, se exprime. E, irremediablemente, aburre al amado. Después de mucho reflexionar he llegado a la conclusión de que es precisamente la entrega sin mesura la que puede acabar con el amor. Y pienso que en el juego de pareja -que al fin y al cabo son relaciones de poder entre dos- puedes darlo todo. O puedes guardarte algo... y utilizar la política del amor.

No me malinterpretéis, no consiste en aplicar en el amor la ley de la oferta y la demanda, ni técnicas de márketing. Ni siquiera en plantearte una estrategia. Pero sí creo que para vivir el amor también hay que reflexionar y razonar. No es lo mismo enamoramiento que amor. No es lo mismo amor que entrega. Una persona puede estar enamorada y vivir su relación al cien por cien. Sin embargo si se entrega, si relega su vida a un segundo plano con el fin de complacer a la otra persona, entonces pierde atractivo. Ese halo de misterio queda enterrado por dos sustantivos peligrosos en el amor: dependencia y debilidad.

La política del amor supongo que debe consistir en otra cosa. Digo supongo porque yo no soy precisamente de las que piensan ni razonan; sino actúo. La política del amor debe ser algo así como ocultar intencionadamente algo, para crear misterio; dar una dosis de celos sutiles; sorprenderle con algo que no espera de ti, haciéndole así entender que no te conoce del todo. Una pizca de desconcierto, una ración de sorpresa, y vuelta al menú de la seguridad, del amor de siempre. Del amor rutinario.

No es espontáneo. Y es artificial. Pero me pregunto si es necesario. ¿Será tan cruel el amor puro de espantar debido a su sinceridad abrumadora? ¿Estamos abocados a usar la política también en el amor para lograr que así perdure? Demasiadas interrogantes, demasiado difíciles los asuntos del corazón. Entretanto, me viene a la mente mi poema favorito, que no puede ser más contrario a esto que acabo de escribiros pensando en voz alta. Y es que yo, lo confieso, soy toda debilidad.


TÁCTICA Y ESTRATEGIA
.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
.
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
.
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
.
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
.
no haya telón
ni abismos
.
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites

(MARIO BENEDETTI)

1 comentario: