viernes, 4 de mayo de 2012

...peligro constante


La semana pasada Aminta se metió en “camisa de once varas” cuando abordó el tema suegras (aunque tengo que reconocer que no te mojaste demasiado, amiga… tenemos conversaciones algo más subidas de tono) Pues bien, yo hoy me voy a echar encima al 50 por ciento de la población: las mujeres. Y es que no soporto cómo conducen. No voy a generalizar porque hay excepciones, entre las que inmodestamente me incluyo. Pero sí que voy a utilizar el término la mayoría. La mayoría de las mujeres llegarían antes a los sitios si fueran andando, en lugar de en coche. La mayoría de las mujeres  deberían hacer un posgrado de cómo dar marcha atrás, cómo incorporarse a un carril con decisión y sin esa parsimonia que me saca de quicio, y también cursar estudios superiores sobre cómo no echarse a temblar ante un adelantamiento.
Lo confieso: tengo hormonas masculinas conduciendo.  Soy de las que gritan “¡qué es para hoy, dale!” o “venga ya… ¡que en ese aparcamiento cabría un trailer!”. Además, raramente me equivoco en mis pronósticos. Cuando veo que un coche coge una rotonda –que no es más que una curva con alguna estatua en medio, chicas- a cinco kilómetros por hora u otro coche que lleva diez minutos detrás de un tractor sin tener la mínima intención de adelantar… hago mi apuesta y ¡acerté!, veo una melena rubia o unos ojos pegados al cristal delantero o unas manos de mujer aferradas al volante como si éste se fuera a ir volando. 

Las estadísticas dicen que las mujeres sufren menos accidentes. Pero todos sabemos que las estadísticas son una forma de mentira. Según he visto publicado en el blog más leído de España, Microsiervos –muy recomendable- el dato de que los accidentes son causados en un 70 por ciento por hombres y en un 30 por ciento por mujeres es muy matizable. A ver, ¿cuántos kilómetros al año suelen hacer los hombres y cuántos las mujeres? Insisto en no generalizar, pero hoy en día son más los hombres que conducen, y sobre todo, hacen más kilómetros, largas distancias. De hecho, este blog lanza el dato de que por cada 150.000 kilómetros que recorre un hombre a cuatro ruedas, hace 20.000 una mujer.

El peor arquetipo posible, a mi juicio y tras muchos años de estudio de la situación es: mujer, a partir de los 50 años, acomodada, con vehículo todoterreno que no está acostumbrada a conducir. En este sentido, hay en las estadísticas que he encontrado un dato que resulta muy llamativo: cuando la mujer tiene más de 50 años, el número de accidentes en relación a los hombres se iguala. Es decir, aún siendo menos las féminas en carretera y recorriendo menos  kilómetros al año… ¡tienen los mismos accidentes que los hombres!  

Muchas de vosotras me vais a recriminar este post. He abierto la caja de Pandora. Que conste que muchas de mis amigas conducen fenomenal –matizo muchas por algunas-  y que también hay hombres que siguen los patrones de la parsimonia, la falta de decisión y el despiste conduciendo. También conozco a alguno.

Y esto lo firma una que se sacó el carné de conducir a la cuarta vez de presentarse. Pero es que tuve mala suerte con el examinador…

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