La semana pasada Aminta
se metió en “camisa de once varas” cuando abordó el tema suegras (aunque
tengo que reconocer que no te mojaste demasiado, amiga… tenemos conversaciones
algo más subidas de tono) Pues bien, yo hoy me voy a echar encima al 50 por
ciento de la población: las mujeres. Y es que no soporto cómo conducen. No voy a generalizar porque hay
excepciones, entre las que inmodestamente me incluyo. Pero sí que voy a
utilizar el término la mayoría. La mayoría de las mujeres
llegarían antes a los sitios si fueran andando, en lugar de en coche. La
mayoría de las mujeres deberían
hacer un posgrado de cómo dar marcha atrás, cómo incorporarse a un carril con
decisión y sin esa parsimonia que me saca de quicio, y también cursar estudios
superiores sobre cómo no echarse a temblar ante un adelantamiento.
Lo confieso: tengo
hormonas masculinas conduciendo. Soy de las que gritan “¡qué
es para hoy, dale!” o “venga ya… ¡que en ese aparcamiento cabría un trailer!”.
Además, raramente me equivoco en mis pronósticos. Cuando veo que un coche
coge una rotonda –que no es más que una curva con alguna estatua en medio,
chicas- a cinco kilómetros por hora u otro coche que lleva diez minutos detrás
de un tractor sin tener la mínima intención de adelantar… hago mi apuesta y
¡acerté!, veo una melena rubia o unos ojos pegados al cristal delantero o unas manos
de mujer aferradas al volante como si éste se fuera a ir volando.
Las
estadísticas dicen que las mujeres sufren menos accidentes. Pero todos sabemos
que las estadísticas son una forma de mentira. Según he visto publicado en el
blog más leído de España, Microsiervos
–muy recomendable- el dato de que los accidentes son causados en un 70 por
ciento por hombres y en un 30 por ciento por mujeres es muy matizable. A ver,
¿cuántos kilómetros al año suelen hacer los hombres y cuántos las mujeres?
Insisto en no generalizar, pero hoy en día son más los hombres que conducen, y
sobre todo, hacen más kilómetros, largas distancias. De hecho, este blog lanza
el dato de que por cada 150.000 kilómetros que recorre un hombre a cuatro
ruedas, hace 20.000 una mujer.
El peor
arquetipo posible, a mi juicio y tras muchos años de estudio de la situación
es: mujer, a partir de los 50 años, acomodada, con vehículo todoterreno que no
está acostumbrada a conducir. En este sentido, hay en las estadísticas que he
encontrado un dato que resulta muy llamativo: cuando
la mujer tiene más de 50 años, el número de accidentes en relación a los
hombres se iguala. Es decir, aún siendo menos las féminas en carretera y
recorriendo menos kilómetros al
año… ¡tienen los mismos accidentes que los hombres!
Muchas de
vosotras me vais a recriminar este post. He abierto la caja de Pandora. Que conste que muchas de mis amigas
conducen fenomenal –matizo muchas por
algunas- y que también hay hombres que siguen los patrones de la
parsimonia, la falta de decisión y el despiste conduciendo. También conozco a
alguno.
Y esto lo
firma una que se sacó el carné de
conducir a la cuarta vez de presentarse. Pero es que tuve mala suerte con
el examinador…
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