Duele cuando un niño muere. La bofetada de tu indiferencia.
El rostro de alguien sin esperanza. Aquel día que no debí perdonarte. Lo
irremediable, que, como escribió Baudelaire, roe siempre con su diente maldito
nuestra alma. Ver la derrota en la espalda de mi padre. El tiempo que sientes
perdido. El amor que se escapa por
una alcantarilla.
No ser capaz de soñar. El poder de los injustos. La voz temblorosa de quien tiene miedo.
La mano suplicante de quien tiene hambre. Un beso de despedida. La muerte que
asoma por la ventana. El olvido. La
incapacidad de olvidar. Las cuatro
mentiras que todos decimos al día.
Duele aquella burla que hiciste. Duele sentirte pequeña.
Reconocer una caricia fingida. La cobardía que hace apretar los dientes. Cada golpe cuando mi hijo cae al suelo.
Duele darte cuenta de
que duelen tanto las cosas...
Y duele también darte cuenta de que no sientes dolor.
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